Mi mundo está lleno de dulces,de cacharros de cocina y de minutos robados a días con pocas horas.Está lleno también de dodotis, de mocos, de arañazos en las rodillas, de manchas y de noches interminables.Y como no, también está lleno de dudas, de ansias, de dificultades...de realidad.
Pero de lo que realmente rebosa mi mundo, es de besos, de caricias, de alegría y pasión.
Ser una recién estrenada madre de familia numerosa supone una buena dosis de empeño, en todos los aspectos ,seamos claros. (Solo en estas primeras lineas me he levantado 3 veces a ver al bebé, que ha resultado tener buen diente y come cada 2 horas).Ni laboral, ni socialmente tienes apoyo alguno y mucho menos gubernamental...(ahlaaa,vamos a cargarnos a los futuros pagadores de pensiones...total cuando crezcan se marcharán al extranjero), menos mal que una procede de un abigarrado clan de matronas que siempre se han puesto el mundo por montera y han buscado lo que realmente querían.
Y que quiero yo..:ver disfrutar a mi gente y si es devorando mis recetas mejor que mejor.
La baja maternal de un tercer hijo da para mucho (la mayoría de los temas te los sabes ya), así que cuando me di cuenta que no quedaban galletas y que mis otras 3 fieras (aquí incluyo a mi marido que no lo hace nada mal a la hora de vaciar el tarro) podrían darme el desayuno, decidí desempolvar mis cachivaches y hacerles las tipicas galletas de María, pero con aceite de oliva, que ya bastantes grasas trans nos meten a escondidas
La receta es supersencilla y está muy rica.
Yo tardé unos 40 minutos porque hice 4 bandejas y prefiero ponerlas por separado.Eso si, si tenéis función de aire en vuestro horno también podéis meter 2 bandejas de cada vez,aunque tenéis que tener más cuidado porque es mas fácil que se quemen.
Necesitaréis:
500 gr de harina
165 ml de aceite de oliva
165 gr de azucar
1 huevo
1 pizca de levadura
1 chorrito de leche
Comenzamos mezclando el huevo batido con el aceite hasta que cojan una consistencia cremosa . Despues incoporamos el azucar a la mezcla y continuamos removiendo. En otro bol mezclamos la harina tamizada y la pizca de levadura procurando que la levadura quede bien repartida entre la harina.
Por último vamos agregando cucharada a cucharada la mezcla de la harina al bol con los ingredientes húmedos.
Veréis que poco a poco irá tomando una consistencia pastosa. Ese es el momento de agregar un chorrito de leche para posteriormente acabar de agregar el resto de la harina.
Una vez terminado este proceso os debería de salir una masa moldeable ,perfecta para estirar. Tiene una consistencia fantástica.
Yo la estiro en láminas de unos 4 mm y con los cortapastas adecuados voy dando las formas y las pinto con un poquito de yema para que queden brillantes y apetitosas.
Truquito!!:Es más fácil realizar el proceso sobre una superficie de silicona o sobre un papel de horno.





