Estaba visto que tanto amor
fraterno, tanto beso con mocos y tanta caricia de manos sucias iba a terminar por aniquilar las defensas del canijo y como si no puedes con tu enemigo lo
mejor es que te unas a él, pues nuestro enano decidió convertirse en un estafilococo
con patas.
Todos conocéis la función
superheroe de los niños cuando están malos ¿no ?. Esa en la que a pesar de
estar a punto de ser engullidos por sus propias flemas y de tener mas de 40 de
fiebre, los tíos brincan y saltan hasta las 4 de la mañana y tienes que pelear
con ellos para que se traguen 12 malditas gotas de jarabe. Y luego si su
hermano recibe 3 gotas mas de Trinaranjus que él…¡Dios te libre de la rabieta!. Pues en medio de esa función, de repente la casa en silencio
¡uyuyuy! Mosqueo.Ya se sabe que una casa en silencio con niños es síntoma de
problemas… y efectivamente. No me encuentro al bebé casi verde del mareo
desgañitándose en silencio (está afónico) porque los otros 2 le habían puesto el
balancín a toda potencia…¿Y los otros dos?
Una cortina habla y dice: ¡Fue Roque,
mamá, que quería columpiarse muy rápido!
¡Mu ráaaapido!, responde la otra
cortina.No se si reír o llorar.
Rescatado el pequeñín y con dos collejas
más en el palmares de mis hijos, decidí pedir ayuda a nuestra querida pediatra. La
cual a pesar de ser sábado de noche, nos indico que teníamos que hacer para
devolver a nuestro pequeño su alegre chillido.
¡Benditos médicos y bendita
sanidad pública! .Si toda esa chusma política que no hace más que recortar en
sanidad e investigación, bajaran a las consultas y quirófanos y vieran los
milagros que hace esta gente con los recursos que tienen, se les caería la cara
de vergüenza de seguir recortando a profesionales que, no lo olvidemos, tienen
nuestra salud en sus manos.
Perdonadme por este momento reivindicativo
pero de todos es conocido que cada español lleva un político dentro.
En fin que para agradecer a
nuestra doctora sus desvelos, decidí prepararle unas pastitas de té.
Esta receta es de una gran amiga,
madre, curranta y cocinillas como yo. Definitivamente es la receta más sencilla
y rápida que os imaginéis y da como resultado unas pastas exquisitas que ya las
quisieran en muchas pastelerías.
Los ingredientes:
Preparación:
0. Precalentamos el horno a 200ºC.
1. Esta vez si que es fácil:
Únicamente mezclar bien los ingredientes de la masa (mantequilla a temperatura
ambiente, harina, azúcar glas tamizada y una pizca de azúcar vainillada). Batir
la masa con una maquinilla de amasar que os será más sencillo.
¡Atención la consistencia debe de
ser muy blanda, pero no pegajosa!.
2. Este paso es el importante. Yo
utilizo una pistola para pastas con discos intercambiables que configuran las
distintas formas de pasta. Si no tenéis una pistola podéis utilizar una manga
pastelera cambiando las distintas boquillas que os hará el mismo efecto.
3. Es el momento de decorar las
pastas cuya decoración va con horno: Las que llevan granillo de almendra,
cerezas, y pepitas de chocolate blanco.
4. Introducimos las bandejas en el
horno y bajamos la temperatura a 180ºC .
Hornearemos las galletas hasta que empiecen a colorearse por los bordes. Aquí
el tiempo es indefinido ,depende de cada horno, en el mío unos 6 minutos.
5. Una vez frías las galletas
podemos bañar con chocolate alguna o con un poco de glasa de colores. O incluso
podemos hacer alguna doble juntando dos
pastas iguales y rellenándolas de mermelada de vuestro sabor favorito.
¿A que han quedado bien?
Hacedlas para vuestras reuniones
familiares, para llevar a casa de los amigos o simplemente para daros un
capricho. Sin complicaros mucho con las decoraciones, las tendréis hechas en
menos de media hora, y quedaréis como unas reinas o... unos reyes.
Ahora a esperar el veredicto de
la doctora…




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