miércoles, 18 de marzo de 2015

Un verdadero brownie americano para un papá gourmet.

Se acerca el día del Padre, y una que está muy orgullosa del verdadero santo que le ha tocado en suerte, ha decidido hacerle un homenaje junto con sus tres pequeños vástagos. 




Como siempre, manualidad al canto: con lo entretenido y relajante que es el recorta y pega…A mi que soy muy creativa se me ocurrió fabricar monstruitos con lana, pensando que se trataba de un elemento suave y dulce con el que trabajar…¡Ja!.¡Un arma de destrucción masiva mas bien!
-Mira gordo, esto se pasa por aquí ,y esto por allí,..
-Mamá, soy Spiderman, dice el mayor mientras arroja los ovillos de lana como si fueran serpentinas.
¡Kis, kis!, hace el otro con las manos, al mas puro estilo Marvel ,saltando desde el sofá (donde aprendería eso, si conmigo sólo ve Peppa Pig).
Yo mientras tanto intento animarles a que me ayuden:
 -Venga ya verás como le gustará a papá…Ya estaba hablando sola de nuevo…
¡Ay, pero cuando levanto la cabeza!..lanas atadas por todos lados ,el carrito del niño ,totalmente enredado…¡.Uuuuuuu!.¿ Pero que demonios estáis haciendo? ¡No os ayudo con el regalo más!
-Espera mamá, espera,(dice Mr Diplomacia) es que somos Spiderman, y Roque es una mosca (¿Perdona? )
-¿Una Mosca? (le pregunto en plan madre comprensiva)
-Si, dice el abuelo que las arañas comen moscas y que son buenas y no las podemos matar…(¡Toma ya!)
-¿Y donde viven las arañas hijo?
-Nel prao, dice el otro
-Pues eso, arreando a recogerlo todo antes de que llegue vuestro padre…
-Mamá, pero Spiderman vive en la ciudad…
¡Ay que cansino!.No se si son listos o me vacilan, de verdad.
Lo cierto es que mas bien con su apoyo moral, que otra cosa, conseguimos terminar un detallito manufacturado para el cabeza de familia. ¿Os gusta?




Otra de las cosas que todo padre suele hacer con sus hijo al menos una vez en la vida es ir al fútbol, pues este finde, aprovechando una oportunidad que nos brindaron unos amigos, allá que nos fuimos al estadio con sus 7 grados de temperatura exterior. Sobra decir que yo casi muero congelada del frío, porque antes muerta que sencilla,…¡ah!, pero ellos casi no podían ni andar de las capas que llevaban. Hubieran podido irse al Polo sin problemas.
La visita a las instalaciones fue muy maja, hasta que me perdí tratando de recuperar el carricoche que habíamos dejado aparcado en la zona del museo.
¡Ay mamina, que apuro!.Sube escaleras, no hay salida. Baja escaleras, tampoco. Cojo un ascensor que me deja en medio de otras escaleras…(¡ay, no que eran las gradas!)
Como recordaba que habíamos visitado el césped ahí que me lanzo gradería abajo y salto al campo mientras los jugadores de la banda me miran alucinados. No contenta con eso, tiro en dirección a la salida que conocía,…que no era otra que la de los vestuarios. Allí me encuentro con  un guarda de seguridad que me mira como a un animal extinto, pero yo sigo adelante como si fuera el mismo Ronaldo.
-Señorita, señorita,¿qué hace aquí?!Va a empezar el partido¡
-Es que estoy buscando el carricoche del niño. Lo dejamos en el museo (aun me miraba peor que antes) y fue por aquí por donde pasamos…
Con su ayuda conseguí llegar al carrito, lo cual fue vital para la supervivencia y el equilibrio mental del grupo, porque ya no podíamos físicamente con el bebe y encima llevaba los bocatas dentro.
Muy bien, ahora doy la vuelta y listo…¡ah, no! Otra vez sube escalera, busca ascensor... donde paras, no es.
Miras gradería abajo y ves a todo el grupo, intentas llamarlos, pero con el barullo ellos no te ven a ti…,coges el ascensor y cuando sales ahora quedan por encima de ti¡:Dios mío, pero si no hay parada en el medio ¡
Veo un policía.¡ Uy que bien, a este me pego yo hasta que me rescate, pensé, y tal cual, al cabo de 3 minutos ya estaba yo con toda mi banda. ¡Viva el orden y la ley!
Venga que comienza en partido y ya es tooooooodo fácil. Bueno, a medias ..El pequeño se cayo en las gradas y se partió el labio, a pesar de que su buen padre no le quitaba ojo. Afortunadamente quedo curado en el instante en que vio la bolsa de los bocatas. Si es que es como Carpanta…
El mayor después de probar unos 150 asientos decidió sentarse al fin con los colegas, y a una distancia optima, lo suficientemente lejos de mí para que no le llegaran las collejas pero lo suficientemente cerca de los bocatas. ¡Este ya va aprendiendo!
Nuestro protagonista, el padre de familia enrollao e hipersociable está en su hábitat favorito, rodeado de especímenes semejantes que charlan y se divierten mientras atacan voraces el contenido de las múltiples bolsas de  la merienda. Por su parte las hembras, intentan mantener el grupo unido con técnicas varias: la llamada del chocolate, el carretaje por los pelos de la coronilla, la proyección  vocal, o la sencilla,aunque no por ello menos eficaz, carrera corta con niño en volandas.
Afortunadamente el chiquitín, con su teta amiga va a cualquier parte y nunca falta una mano generosa que se lo queda un rato.
Al final, hasta ganamos el partido. Eso si, yo canté los goles, porque verlos no los vi…no me dio tiempo.

Con estas experiencias paternofiliales como no íbamos a prepararle algo rico…
Así que haremos su dulce favorito, recuerdo de su época americana: El brownie de chocolate.

He buceado durante semanas en libros, y webs, para encontrar la mejor receta, y como siempre he acabado por inventarme la mía propia:

Para él especialmente, que ha probado unos cuantos, el verdadero brownie, ese que nunca olvidarás, debe ser un poquito denso y pegajoso y tener un profundo sabor a chocolate.
No se trata de un bizcocho de chocolate sino de algo distinto. Es más, el brownie se originó realmente cuando un cocinero americano olvidó echar harina a su receta de pastel de chocolate.
Nuestra receta lleva un poquito de harina pero no demasiada para conservar esa textura y chocolate derretido y cacao en polvo para darle ese sabor inconfundible
.
Ingredientes:

125 gr de mantequilla con sal
225 gr de chocolate negro
150 gr de azúcar banca
50 gr de azúcar morena
3 huevos grandes
2 cdas de cacao puro en polvo
¼ de cdta de sal
1 cdta esencia de vainilla
80 gr de harina
75 gr de nueces troceadas

Preparación:

0.Precalentar el horno a 190 ºC. Usaremos una besuguera pequeña para que nos quede grueso,recordad que este pastel no lleva levadura y apenas sube ,por lo que el volumen que tome será muy parecido al grosor definitivo.

1.Derretimos la mantequilla y el chocolate en un cazo al baño maría, removiendo constantemente, también podemos hacerlo en el microondas calentando 20 segundos la mezcla y removiéndola enérgicamente después hasta su completa licuación.

2.Una vez tibia la mezcla anterior añadimos los dos tipos de azúcar y mezclamos de nuevo.

3.Batimos los 3 huevos y los incorporamos poco a poco batiendo constantemente la masa.

4.Vertemos la esencia de vainilla incluyéndola en la mezcla .

5.En otro bol mezclamos la sal, el cacao en polvo, el harina y las nueces,(esto es importante porque si no todas las nueces se irán al fondo y queremos que formen parte de todo el brownie por igual.


6.Unimos estos ingredientes con el contenido del bol anterior y lo ligamos todo.

7.Ahora cubrimos una besuguera con papel de horno, de modo que el papel sobresalga unos 3 cm por los bordes, y vertemos la masa anterior.

8.Necesitará unos 35 minutos en el horno, pero yo os recomiendo vigilarlo a partir de la media hora porque cada horno es un mundo. Cuando lo pinchéis y este limpio estará listo.

Esperaremos a que enfríe  un poco para desmoldarlo y cortarlo en cuadraditos. Con un vaso de leche en una de las meriendas más exquisitas del mundo.


A mi queridísimo, como buen gourmet que es, le gusta de la siguiente forma y como es su día vamos a darle con el gusto:

Tibio aún el brownie, ponemos encima una buena bola de helado de chocolate y vertemos por encima del todo un buen chorrazo de chocolate caliente.


El contraste frío-calor que se forma es espectacular, el chocolate sobre el helado se vuelve crujiente, el que se  ha derramado en el plato aún está caliente y el brownie permanece tierno y jugoso …¡Aaaaah,se me hace la boca agua!

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