Esta Semana Santa ha ocurrido algo
maravilloso: Mi querida hermanita ha dado a luz a un bebé hermosote y enorme,
un nuevo miembro para la tribu Corleone.
Y es que cuando pasa algo así surge la
esencia misma del clan:
Mi madre se traslada a casa de mi hermana, mi
padre habita a medio camino entre nuestra casa y la de mis abuelos...no vaya a
ser que a sus 60 años pase hambre, frío o cosas mucho peores, el caso es
presumir quien le cuido mejor….Como el niño no acababa de nacer se fue también mi
padre a Londres a ver si cebándolo con un poco de jamón español el nene se
decide. Pero no dio resultado.
Entonces es cuando entra en ebullición la
sabiduría tribal:
-¡Dale chocolate y que camine!
-¡Un poquito de mambo es lo que le hacía
falta, cuñao!
-¿No hay caleyas en Londres? pues en coche por
la caleya .Es infalible…
El caso que ni con la luna en conjunción
perfecta con todos los planetas el niño se decidía a venir a este mundo.
Afortunadamente no estábamos todos en
Londres, porque sino los médicos hubieran abandonado la unidad al vernos entrar
a todos como la Marabunta para sacarle nosotros el bebé aunque
fuera con un berbiquí.
Así que mordiéndonos las ganas, tuvimos que
esperar cada uno desde su puesto a que pincharan la bolsita para que empezara
el espectáculo. Todo ello en riguroso directo porque con el bendito Whatsapp, y
el Facetime estamos conectadísimos.
-¿Ya tienes contracciones? (madre, que se ha
quedado con las niñas)
-¿Como vas hija?(padre)
-¡Empuja, empuja, que desde aquí empujamos
todos!(tía)
-¿Ese guaje sale o que?(hermano)
-¿Ya nació el niño?(los amigos)La habitación
de la parturienta debía parecer un concierto de cornetas bip bip biiiiiiii
A pesar del chute de gas de la risa que te
dan los doctores británicos, a mi hermana el parto en cuestión le hizo bastante
poca gracia, pero al final tuvo su recompensa: El niño de mayor tamaño de toda
la saga.
En nuestro salón se podía patinar de las
babas que abuelos, tíos, bisabuelos… habían dejado caer, y es que, que el
recién nacido sea sano y fuerte es lo mejor que te puede pasar, pero que encima
venga hecho un lechón de cuatro kilos y medio es para contar a los vecinos…
Y ahora está el tema de la reencarnación, porque
en esta santa familia los niños no se parecen a alguien, más bien se
reencarnan. Aquí es cuando surge entonces la lucha de clanes: -Pues yo le veo
la nariz de tu madre..-¡Ay hija!,es igualito, igualito a su padre cuando tenía
su edad, -Pues a mi me da un aire a tu tía María Luisa la del pueblo….y
podríamos llegar así hasta el infinito, o hasta el bautizo que es donde
verdaderamente queda sentenciado el parecido del chiquillo después de unas
cuantas copas de los participantes.
Y con tanto hablar del Imperio Británico y
aprovechando que tenemos una celebración campestre con unos amiguetes he
decidido preparar uno de los más típicos
pasteles ingleses: El pastel de limón con merengue: o Lemon meringue pie como
dicen allí.
Esta tarta es la favorita de mi hermano, y digo
esto porque es una de las personas más exigentes con mi cocina que conozco y
esta receta le vuelve auténticamente loco.
Por definirla: Es ligera, con un punto ácido
delicioso y una cremosidad increíble. Además la base es muy similar a la típica
galleta de mantequilla con lo que al meter toda esta combinación en la boca,
puedo garantizaros que todas sus partes se fundirán en una armonía perfecta y
querréis haber nacido bajo el London Brigde.
En este caso lleva un poco más de tiempo que
mis recetas habituales, pero merece la pena 100%.
Os daré los ingredientes para 12 raciones,
que podréis preparar a modo de tartaleta o de tarta.
Si queréis ahorrar una media hora de tiempo,
en vez de fabricar vosotros la masa, podéis utilizar pasta brisa que
encontraréis congelada en cualquier supermercado.
Ingredientes:
Para la pasta:
250 gr de harina
10 galletas especulous
150 gr de mantequilla fría cortada en
cuadraditos
5 cdas de agua fría
1 cdta de sal
Para la crema de
limón o lemon curd:
5 yemas + 2 huevos enteros
3 limones
200 gr de mantequilla
100 gr de azúcar
2 cdtas de Maicena
Para el merengue:
7 claras de huevo
100 gr azúcar
unas gotas de esencia de vainilla
Preparación:
1. En caso de comprar la masa la
sacaremos del congelador unos 20 minutos antes de usarla y nos saltaremos los
siguientes 3 pasos. En caso de preparar la masa nosotros mismo, lo cual os
recomiendo empezaremos por desmigar las galletas. Estas galletas tienen un
punto de melaza y le dan a la masa un sabor muy especial que hará vuestra
receta inolvidable.
2 .En un bol mezclamos el harina,
la sal, las migajas de galleta y los trozos de mantequilla y comenzamos a
amasar añadiendo poco a poco las cucharaditas de agua.A veces necesita un poco
más de agua. Debe quedar una pasta de corte similar al de las galletas de
mantequilla aunque no tan quebradizo.
3. Reservamos la masa en la
nevera durante una media hora.
4. Mientras tanto aprovechamos para
hacer la crema de limón. Rallamos los 3 limones con cuidado de raspar
únicamente la parte amarilla, ya que la parte blanca de la corteza amarga un
montón, y lo reservamos.
5. Después exprimimos estos limones
y alguno más si hace falta hasta conseguir unos 150 ml de zumo aproximadamente.
Lo apartamos también.
6. En un cazo antiadherente
batimos las yemas y los huevos enteros junto con el azúcar. Una vez mezclado le
añadimos la ralladura de limón el sumo y la maicena disuelta en un poquito de
agua fría. Cocinamos esta mezcla a fuego medio hasta que se convierta en una
crema.
Os advierto: Esto puede tardar unos 10 o 15
minutos así que tened paciencia y revolved constantemente para que no se pegue
ni queden grumos.
8. Una vez terminada la crema y
retirada del fuego es el momento de añadir la mantequilla. Lo mejor es que esté
fría y cortada en cuadraditos. Esto conseguirá 2 cosas: La primera que la
textura sea más cremosa y el sabor a mantequilla mas suave, y por otro lado al
añadir la mantequilla fría reducimos poco a poco la temperatura de la crema.
9. Mientras la crema termina de
enfriar sacamos la masa de la nevera y calentamos el horno a 180 Cº. Ahora
estiramos la masa y la adecuamos a la forma que queramos darle, bien una tarta
grande o pequeñas tartaletas como es el caso.
Para la tarta grande podéis usar un molde de
24 a 26 cm de diámetro y para las pequeñas yo use las bandejas de cupcakes.
Una vez estirada la masa en una plancha de
unos 3 mm, en el caso de los pastelitos individuales, la cortamos con un
cortapastas redondo y la vamos introduciendo en los moldes.
10. ¡El truco del almendruco!.Para que la pasta no suba y quede
perfecta, además de pincharla un poco tenemos que usar canicas de cerámica o
garbanzos durante la cocción.
Estos cogen calor y lo distribuyen por toda
la base de manera que cuecen a la vez que su
peso hace que no suban.
Para evitar que se pequen a la masa
utilizaremos papel de cebolla o como en la foto el molde de las magdalenas.
11. Horneamos durante unos 15
minutos las tartaletas y una media hora la base para la tarta grande.
12. Mientras se hornea la masa
aprovechamos para hacer el merengue. Batimos un poco las claras y les añadimos
las gotas de esencia de vainilla y el azúcar. Ahora batiremos con unas varillas
eléctricas hasta que el merengue haga picos. Debe de ser un merengue
consistente.
El punto está cogido cuando podáis darle la
vuelta al bol y el merengue no caiga. ¡A ver quien es el valiente que se
atreve!¡ Jajajajaja!
13. Una vez hayan enfriado las
tartaletas retiramos las canicas de cerámica, y procedemos a rellenarlas con la
crema de limón.¡Atención! Podéis conseguir que las bases enfríen antes si les
quitáis las canicas cuando aún estén
calientes, pero para ello debéis ser muy cuidadosos ya que al estar caliente
aun la masa corre el peligro de romperse.
14. Ahora cubrimos las tartaletas
con el merengue empezando por los bordes y terminando por el centro. El
merengue debe quedar bien pegado a la pasta, para que selle bien la crema del
interior una vez esté en el horno.
15. Metemos en el horno por aire a
180 Cº durante unos 3-5 minutos en el caso de los pasteles y de 5 a 7 para la
tarta. En este caso lo que queremos darle es un leve tostado al merengue. Como
no todos los hornos son iguales y no quiero que me odiéis si se os quema la
cobertura en el último momento, os recomiendo que las primeras veces que lo
hagáis lo vigiléis de cerca.
Parece muy laboriosa, pero os aseguro que a
mi contando dos tomas por el medio, no me ha llevado más de una hora.
Es una
auténtica delicia y quedaréis como expertos pasteleros allá donde vayáis. Nuestros amigos ya se están relamiendo...
¡¡¡Y ahora, a disfrutar…!!!